El Castillo Hotel
Fábrega Organizational Center, un proyecto de ecoturismo
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El
Castillo Hotel Fábrega Organizational Center es un emprendimiento turístico situado en la zona de Valle Hermoso,
Provincia de Córdoba (Argentina). Se trata de un hotel original y un centro
organizacional, donde se desarrollan reuniones de trabajo y programas de
capacitación. Desde sus inicios fue concebido como un proyecto Eco - turista, es decir, una actividad turística
gestionada por prácticas socialmente responsables.
“El valor fundamental fue siempre el respeto a toda creación natural y cultural. Hemos corroborado que esta filosofía empresaria se contagia a todo el equipo de trabajo y así, con un núcleo armónico y fuerte, la sustentabilidad es el resultado espontáneo”, dijo Fabián Fábrega, Director del Hotel.
La primera acción que llevaron a cabo fue la restauración del edificio, que duró cerca de cuatro años. Este proceso fue guiado por Edgardo, hermano de Fabián, quien es ingeniero. El trabajo fue completado por los otros miembros del equipo, todos oriundos de la zona serrana donde está ubicado el proyecto.
Con relación al clima de trabajo que se vive y al desarrollo del grupo humano dentro de la organización, el Director afirmó: “Se generó un muy alto grado de cohesión, y se develaron las capacidades que llevaron a los restauradores a ser los responsables de todas las áreas de servicios prestados actualmente. Hoy, el mismo personal se encarga de prestar los servicios de alojamiento, gastronomía, recreación, asistencia técnica, organización de reuniones empresariales, y seguridad y mantenimiento, intercambiando roles y funciones permanentemente”.
Con respecto a la gestión sustentable y responsable, la empresa viene implementando una serie de acciones en las siguientes líneas de trabajo:
“El valor fundamental fue siempre el respeto a toda creación natural y cultural. Hemos corroborado que esta filosofía empresaria se contagia a todo el equipo de trabajo y así, con un núcleo armónico y fuerte, la sustentabilidad es el resultado espontáneo”, dijo Fabián Fábrega, Director del Hotel.
La primera acción que llevaron a cabo fue la restauración del edificio, que duró cerca de cuatro años. Este proceso fue guiado por Edgardo, hermano de Fabián, quien es ingeniero. El trabajo fue completado por los otros miembros del equipo, todos oriundos de la zona serrana donde está ubicado el proyecto.
Con relación al clima de trabajo que se vive y al desarrollo del grupo humano dentro de la organización, el Director afirmó: “Se generó un muy alto grado de cohesión, y se develaron las capacidades que llevaron a los restauradores a ser los responsables de todas las áreas de servicios prestados actualmente. Hoy, el mismo personal se encarga de prestar los servicios de alojamiento, gastronomía, recreación, asistencia técnica, organización de reuniones empresariales, y seguridad y mantenimiento, intercambiando roles y funciones permanentemente”.
Con respecto a la gestión sustentable y responsable, la empresa viene implementando una serie de acciones en las siguientes líneas de trabajo:
Minimización de residuos que van al medioambiente mediante un sistema de aprovisionamiento de tipo “just-in-time” (justo a tiempo: Reducir el tamaño del stock al mínimo ayuda a disminuir en gran medida los costos de almacenamiento (inventario) y las perdidas por mercadería vencida).
Uso eficiente del agua y la energía: mediante un sistema de acondicionadores de aire de alta eficiencia y gas ecológico, un sistema de transmisión inalámbrica de datos, vertiente propia de agua mineral, reciclado de agua de las piscinas y recolección de agua de lluvia para riego.
En relación a la comunidad, la
totalidad del equipo de trabajo es local. La experiencia previa no es un
requisito excluyente para trabajar en El Castillo.
Estudiantes de todos los niveles académicos pueden solicitar asesoramiento personal del equipo directivo de la empresa.
Estudiantes de todos los niveles académicos pueden solicitar asesoramiento personal del equipo directivo de la empresa.
Desarrollo profesional de sus
empleados, mediante contratos de trabajo a tiempo indeterminado de todo el
equipo responsable de la restauración del edificio. Responsabilidad y
motivación mediante una estructura jerárquica de sólo tres niveles. Salud,
seguridad y bienestar, mediante un programa permanente de actividades sociales
y entrenamiento en áreas de cultura general, economía del hogar y legislación
laboral. Para llegar a esta situación del proyecto, la empresa tuvo que sortear
una serie de obstáculos. “La principal dificultad fue descubrir qué
significan las prácticas responsables para los ciudadanos argentinos. No me
refiero a declamaciones sobre grandes proyectos de gestiones socialmente
responsables, sino a actividades cotidianas tales como respetar los derechos de
autor, no discriminar, honrar una cultura local, entre otros”.
Sobre logros y desafíos
El trabajo que la empresa viene haciendo desde su concepción, ya tiene sus frutos a nivel interno con sus colaboradores y a nivel externo con la comunidad. “Hemos comprobado el impacto en el nivel de desarrollo logrado por los miembros del equipo de trabajo, tanto a nivel profesional como personal. Por otra parte, las prácticas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) han generado lealtad y respeto hacia El Castillo por parte de los huéspedes que revisitan, y han permitido mantener relaciones cordiales e incluso de amistad”, aseveraron desde la compañía.
Al plantear cuáles son los próximos desafíos de la empresa, Fabián Fábrega, director de El Castillo Hotel Fábrega Organizational Center concluyó: “Quisiéramos desarrollar actividades culturales y de integración para instituciones educativas y municipalidades locales. Actualmente estamos trabajando en un proyecto de programas educativos para que universidades internacionales visiten, analicen y aporten al contexto local”.
Sobre logros y desafíos
El trabajo que la empresa viene haciendo desde su concepción, ya tiene sus frutos a nivel interno con sus colaboradores y a nivel externo con la comunidad. “Hemos comprobado el impacto en el nivel de desarrollo logrado por los miembros del equipo de trabajo, tanto a nivel profesional como personal. Por otra parte, las prácticas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) han generado lealtad y respeto hacia El Castillo por parte de los huéspedes que revisitan, y han permitido mantener relaciones cordiales e incluso de amistad”, aseveraron desde la compañía.
Al plantear cuáles son los próximos desafíos de la empresa, Fabián Fábrega, director de El Castillo Hotel Fábrega Organizational Center concluyó: “Quisiéramos desarrollar actividades culturales y de integración para instituciones educativas y municipalidades locales. Actualmente estamos trabajando en un proyecto de programas educativos para que universidades internacionales visiten, analicen y aporten al contexto local”.
ARTÍCULO 2
El
Castillo Fabrega Organizational Center
Sumergida en
lo alto de las sierras centrales de Argentina, la historia de su edificio
parece un cuento de hadas: fue casco de estancia en 1870, hotel en 1930,
fortificación vacía y cerrada hasta 1970, colonia de vacaciones sindical hasta
1990, y ruina a comienzos del año 2000.
Una
década de modelo eco-sustentable
Los Fábrega afirman que el
corazón del modelo sustentable de El Castillo está conformado por
su familia, y que sobre ese corazón basaron tres pilares de acción: 1) revivir
un edificio en ruinas con pautas ecológicas, 2) formar un equipo de trabajo
local multifuncional, y 3) diseñar un producto organizacional con características
propias.
Desarrollar
su modelo sustentable les llevó toda una década de “trabajo y mucha, pero mucha
pasión”. Luego de diez años, los Fábrega cuentan orgullosos que sus prácticas
de innovación, familiar, responsabilidad social, estrategia no competitiva y
gestión en contextos de crisis económica, han obtenido “reconocimientos del más
alto prestigio académico mundial”: El Castillo es un caso de
estudio. Está considerado como ícono de Responsabilidad Social en publicaciones
nacionales, participa regularmente como disertante en eventos científicos, de
formación y motivación. En marzo de 2010, El Castillo se convirtió en el primer y único hotel cinco estrellas
de las sierras argentinas (el país nunca había tenido un hotel cinco estrellas
fuera de una ciudad capital o de un destino posicionado internacionalmente).Los pilares del modelo sustentable
Los Fábrega tomaron la decisión de asumir el compromiso en familia. “Confiábamos en nosotros y la potencialidad de trabajar unidos; haríamos realidad el sueño del castillo juntos… o no haríamos nada”, comenta Fabián, y agrega que “nuestras formaciones profesionales, nuestra experiencia en ámbitos de investigación científica y empresarial, la educación en el arte que recibimos desde pequeños, todo iba a reunirse y enriquecerse si estábamos juntos, y agregando una pasión descomunal, iba a permitirnos superar los grandes obstáculos que aparecerían en el camino”. Cuando Fabián se refiere a obstáculos, apunta a que, desde el vamos, el proyecto violaba los principales mandamientos de la hotelería tradicional de alta categoría que obligan a contar con: ubicación en el punto de más alta demanda, experiencia en la industria, capacidad financiera holgada, disponibilidad de recursos humanos especializados, canales de distribución diversificados, entre otros. “Por nuestra visión eco-sustentable, no debíamos aceptar las claves de éxito ortodoxas”, concluye Fabián.El edificio y el medioambiente
El castillo se restauró de forma ecológica. Edgardo Fábrega, quien estuvo a cargo del diseño y dirección de la obra, considera que “la estrategia que mejor refleja nuestro accionar es la del ‘océano azul’ (Chan Kim y Mauborgne, 2005); si bien esta estrategia fue creada por investigadores de las ciencias de la administración, encuentra aplicación en la gestión de energía contemplada en nuestro proyecto de negocio”. Como resultado, El Castillo consume menos de 1/3 de la energía que consumiría si estuviera gestionado en forma tradicional.El equipo de trabajo y la sociedad
Para realizar las tareas de restauración, los Fábrega tomaron a personas oriundas de la zona, con el único requisito de tener deseos de trabajar. Debido a la triste historia de desinversión y desatención que la región ha sufrido en las últimas cinco décadas, la totalidad de quienes se unieron al proyecto estaba desocupada o sin oficios o formación especializada. Entrenados por Edgardo, se convirtieron en albañiles, pintores, plomeros, herreros, electricistas, carpinteros, jardineros… Y, durante los años que duró la restauración, también descubrieron anhelos y talentos que los llevaron a ser actualmente los responsables de todas las áreas de servicios que presta El Castillo, desde el armado y ambientación de las habitaciones, hasta la producción culinaria, pasando por el mantenimiento, el equipamiento técnico de los salones, y la logística y organización de tareas operativas.El producto y la economía
Además de aprovisionarse y ofrecer ingredientes y materiales que cumplen con las normas del comercio justo, El Castillo brinda un producto original en la industria hotelera: es, durante 11 meses al año, un centro para que las organizaciones (empresas, fundaciones, universidades) realicen sus reuniones de trabajo o tomen programas de capacitación. Independientemente de la cantidad de participantes, El Castillo hospeda a una organización por vez. Los programas de capacitación son desarrollados a medida y dictados por la misma familia Fábrega, y combinan seminarios basados en descubrimientos científicos con actividades integradoras basadas en el arte. Sólo un mes al año (2 semanas en enero, 1 en pascuas y 1 en julio), El Castillo recibe a familias o turistas particulares, manteniendo su orientación educativa mediante talleres diarios de pintura, música danzas, fotografía, cocina, teatro, y actividades deportivas.Un océano azul en las sierras
La familia sostiene que siempre supo que el modelo sustentable de El Castillo lo haría obligadamente distinto al resto de los hoteles. Las implicancias de esta estrategia de tipo “océano azul”, es que dota al modelo sustentable de El Castillo de la cualidad tal vez más deseada en el mundo de los emprendimientos responsables: autosuficiencia. Es decir, el consumo integral de energía logra niveles mínimos, la totalidad de las tareas es realizada por el propio equipo de trabajo, y el producto presenta una diferenciación tal que lo hace prácticamente independiente de las variables en la demanda turística convencional.Una rentabilidad no ortodoxa
Los Fábrega miden la rentabilidad de su modelo en base a un paradigma distinto al tradicional. Fabián cuenta que “la medición se realiza sobre los mismos pilares del modelo: edificio, personas y producto. ¿En cuántas veces hemos aumentado el valor del edificio? ¿qué nivel de desarrollo de capital humano ha alcanzado el equipo de trabajo? ¿cuánto valor ha agregado la creación de un producto original?” La última oferta de compra que recibió la familia contempló una valuación, sólo del inmueble, quince veces superior a la inversión inicial.Fabián concluye con una frase que resume el espíritu de la visión familiar: “… de todos modos, por más positivos que sean los parámetros económicos, lo único realmente importante para nosotros es ser felices creciendo juntos”.
1.-
Leer los dos artículos y contestar:
2.-
¿Qué acciones de RSE llevan a cabo para la protección del medioambiente?
3.-
¿Es posible lograr una cultura organizacional acorde con los principios de la
RSE?
4.-
Indica cuales son los grupos de interés, y que le ofrece éste proyecto a cada
uno de ellos.
5.-
¿Como mide la rentabilidad éste emprendimiento?